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Modelo 720: qué es y cómo funciona la declaración de bienes en el extranjero

En el Modelo 720 se hace la declaración informativa sobre bienes y derechos en el extranjero, y es una de las obligaciones fiscales más relevantes para los residentes en España con patrimonio fuera del país. Esta declaración, de carácter informativo, tiene como objetivo permitir a la Agencia Tributaria conocer los activos y bienes que los ciudadanos españoles mantienen en el extranjero, con el fin de prevenir el fraude fiscal y asegurar la transparencia tributaria.

Aunque no implica el pago de ningún impuesto en el momento de su presentación, el Modelo 720 ha sido motivo de controversia durante años por las sanciones que implicaba su incumplimiento. Sin embargo, tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2022, España se ha visto obligada a modificar parte de su normativa, eliminando las multas desproporcionadas que generaban inseguridad jurídica entre los contribuyentes.

Aun así, el Modelo 720 sigue siendo una declaración obligatoria para muchas personas físicas y jurídicas, y es esencial conocer quién debe presentarlo, cuándo hacerlo y qué bienes deben incluirse para evitar problemas con Hacienda.

Qué es el Modelo 720

El Modelo 720 es una declaración informativa que deben presentar los residentes fiscales en España que tengan bienes en el extranjero por un valor superior a 50.000 euros. Fue introducido en el año 2012, en el contexto de la lucha contra el fraude fiscal, como una herramienta para mejorar el control de los activos no declarados fuera del país.

Su finalidad es que la Agencia Tributaria disponga de información detallada sobre el patrimonio que los contribuyentes mantienen en el exterior, permitiendo cruzar esos datos con los ingresos y declaraciones presentadas en España. De este modo, Hacienda puede comprobar si se han cumplido las obligaciones tributarias correspondientes, especialmente en lo relativo al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y al Impuesto sobre el Patrimonio.

El Modelo 720 se presenta de manera telemática a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria y tiene carácter anual, aunque no es necesario presentarlo todos los años. Solo debe volver a presentarse si el valor de los bienes ya declarados aumenta en más de 20.000 euros respecto a la última declaración, o si se adquieren o cancelan nuevos bienes.

Aunque esta declaración no supone un pago directo de impuestos, su incumplimiento puede tener consecuencias fiscales, ya que Hacienda puede considerar que los bienes no declarados constituyen rentas ocultas y someterlos a tributación.

Quién está obligado a presentar el Modelo 720

La obligación de presentar el Modelo 720 recae sobre las personas físicas y jurídicas residentes en España, así como sobre los establecimientos permanentes de no residentes y las entidades sin personalidad jurídica que posean bienes o derechos en el extranjero que superen los límites establecidos.

Para determinar quién debe presentar esta declaración, Hacienda distingue tres grandes bloques de bienes o derechos que deben informarse:

  1. Cuentas bancarias y depósitos situados en entidades financieras extranjeras.
  2. Valores, seguros y rentas depositados, gestionados o situados en el extranjero.
  3. Bienes inmuebles y derechos sobre inmuebles ubicados fuera de España.

En cualquiera de estos grupos, si el valor conjunto supera los 50.000 euros, existe obligación de declarar. Si un contribuyente posee activos en más de una categoría, deberá informar de cada una de ellas por separado.

Por ejemplo, si una persona tiene una cuenta en Francia con 40.000 euros y un fondo de inversión en Luxemburgo de 30.000 euros, deberá presentar el Modelo 720, ya que la suma de los activos financieros supera el umbral. Del mismo modo, si posee una vivienda en Portugal con un valor superior a 50.000 euros, deberá incluirla en la declaración correspondiente a inmuebles.

También están obligadas las personas que tengan poder de disposición o representación sobre los bienes, aunque no sean los titulares directos. Por ejemplo, si un ciudadano español figura como autorizado en una cuenta bancaria extranjera, debe declararla aunque no sea su propietario.

Si los bienes están compartidos entre varios titulares, cada uno debe declarar su parte proporcional del valor. Además, las empresas y autónomos también están obligados a declarar los activos que formen parte de su actividad económica y estén situados fuera del territorio español.

Plazos, forma de presentación y consecuencias del incumplimiento

El plazo de presentación del Modelo 720 abarca desde el 1 de enero hasta el 31 de marzo del año siguiente al que se refiere la información. Por ejemplo, los bienes poseídos a 31 de diciembre de 2025 deben declararse entre enero y marzo de 2026.

La presentación debe realizarse por vía telemática a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria, utilizando un certificado digital o un sistema de identificación válido (Cl@ve o DNI electrónico). No se admite la presentación en papel ni mediante gestorías que no estén autorizadas digitalmente.

Los datos que deben incluirse en el modelo son muy detallados: identificación completa de los bienes, país en el que se encuentran, valor a 31 de diciembre, fecha de adquisición, titularidad y porcentaje de participación, entre otros. En el caso de cuentas bancarias, también debe informarse del saldo medio del último trimestre del año.

Durante años, el Modelo 720 fue conocido por sus sanciones desproporcionadas. Antes de 2022, no presentarlo o hacerlo con errores podía suponer multas de 5.000 euros por dato omitido, con un mínimo de 10.000 euros, además de considerar los bienes no declarados como ganancias patrimoniales no justificadas sin posibilidad de prescripción.

Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en enero de 2022 que este régimen sancionador era contrario al Derecho comunitario, al considerar que imponía multas “desproporcionadas y confiscatorias”. Como consecuencia, el Gobierno español modificó la normativa para adaptarla a las exigencias europeas.

En la actualidad, el incumplimiento de la obligación de declarar sigue estando sancionado, pero las multas son mucho más razonables. Si no se presenta el Modelo 720 en plazo o se hace con errores, se aplica la normativa general de la Ley General Tributaria, con sanciones proporcionales al valor de los bienes y límites máximos más ajustados.

Por ejemplo, presentar la declaración fuera de plazo sin requerimiento previo de Hacienda puede conllevar un recargo del 1% más un 1% adicional por cada mes completo de retraso, mientras que hacerlo tras un requerimiento puede implicar multas fijas de entre 200 y 400 euros por conjunto de datos no declarado.

Aun así, Hacienda mantiene un control riguroso sobre los bienes en el extranjero, y la omisión reiterada de esta declaración puede derivar en inspecciones y comprobaciones fiscales más profundas.

Importancia del Modelo 720 y cómo evitar errores

Aunque el Modelo 720 es una declaración informativa, su importancia es considerable, ya que permite a la Agencia Tributaria conocer la totalidad del patrimonio de los contribuyentes residentes en España. Por eso, su correcta cumplimentación es clave para evitar sanciones y posibles discrepancias fiscales.

El primer paso para hacerlo correctamente es identificar todos los bienes susceptibles de declaración, incluso si no generan rendimientos inmediatos. Esto incluye cuentas bancarias con poco movimiento, acciones en el extranjero, fondos de inversión, seguros de vida, planes de pensiones o bienes inmuebles fuera del país.

Uno de los errores más frecuentes es pensar que solo deben declararse los activos de titularidad directa. En realidad, también deben incluirse aquellos sobre los que se tenga poder de disposición o se figure como representante o beneficiario.

Otro error común es olvidar declarar una cuenta o inversión que ya no existe a 31 de diciembre. Si un bien ha sido cancelado durante el ejercicio, igualmente debe informarse en el Modelo 720, indicando la fecha de cancelación o transmisión.

También es fundamental revisar los valores de cambio de divisas, ya que los importes deben expresarse en euros, utilizando el tipo de cambio oficial vigente al cierre del ejercicio.

El incumplimiento de esta obligación no solo puede derivar en sanciones, sino también en una pérdida de credibilidad ante la Agencia Tributaria. Si Hacienda detecta diferencias entre los datos declarados en el Modelo 720 y los ingresos declarados en el IRPF o en el Impuesto sobre el Patrimonio, puede iniciar una comprobación fiscal.

Por eso, se recomienda contar con el apoyo de una asesoría especializada en tributación internacional, que ayude a identificar correctamente los bienes, calcular los valores y presentar la declaración sin errores. Un profesional también puede asesorar sobre las implicaciones fiscales de mantener activos fuera de España y sobre cómo evitar la doble imposición mediante los convenios internacionales.

El Modelo 720 no pretende penalizar a quienes tienen patrimonio en el extranjero, sino garantizar la transparencia y la igualdad tributaria entre todos los contribuyentes. Sin embargo, debido a su complejidad y a las consecuencias de los errores, se ha convertido en una de las declaraciones más vigiladas por Hacienda.