Top Asesorías > Blog > Modelo 200: Impuesto de Sociedades
El Modelo 200 es el documento que deben presentar todas las empresas y entidades sujetas al Impuesto sobre Sociedades en España. Es una declaración anual obligatoria mediante la que las sociedades informan a la Agencia Tributaria de los beneficios o pérdidas obtenidos durante el ejercicio fiscal y calculan el importe final del impuesto que deben pagar.
El Modelo 200 es la declaración del Impuesto sobre Sociedades, el tributo que grava los beneficios obtenidos por las empresas y otras entidades jurídicas durante un ejercicio económico.
A través de este modelo, las sociedades comunican a la Agencia Tributaria los ingresos, gastos, deducciones, retenciones y pagos a cuenta correspondientes a su actividad. El resultado final será una cuota positiva o negativa, dependiendo de si la empresa tiene que pagar o si le corresponde una devolución.
El Impuesto sobre Sociedades se aplica a todas las personas jurídicas residentes en España, independientemente de su forma o tamaño: sociedades anónimas, limitadas, cooperativas, fundaciones, asociaciones, etc. Su finalidad es equiparar la contribución fiscal de las empresas a la de los trabajadores y autónomos, que tributan a través del IRPF.
Por tanto, el Modelo 200 no es solo un formulario, sino la herramienta principal que permite calcular y regularizar la situación fiscal de las empresas al final del ejercicio.
Están obligadas a presentar el Modelo 200 todas las entidades y personas jurídicas sujetas al Impuesto sobre Sociedades, aunque no hayan tenido actividad o hayan registrado pérdidas durante el ejercicio. Esto incluye:
Las sociedades inactivas también están obligadas a presentar el Modelo 200, aunque sea con resultado “cero”, mientras estén inscritas en el Registro Mercantil y no se hayan disuelto legalmente.
En cambio, no están obligadas las entidades que tributan por el régimen de atribución de rentas (por ejemplo, comunidades de bienes o sociedades civiles sin personalidad jurídica) ni aquellas expresamente exentas según la Ley del Impuesto sobre Sociedades.
El plazo de presentación del Modelo 200 depende del ejercicio fiscal de la empresa, que no siempre coincide con el año natural. En la mayoría de los casos, el ejercicio contable va del 1 de enero al 31 de diciembre, por lo que el modelo se presenta entre el 1 y el 25 de julio del año siguiente.
Por ejemplo, para las sociedades cuyo ejercicio terminó el 31 de diciembre de 2024, el plazo de presentación del Modelo 200 será del 1 al 25 de julio de 2025.
Si la empresa tiene un ejercicio fiscal distinto (por ejemplo, de abril a marzo), el plazo será dentro de los 25 días naturales siguientes a los seis meses posteriores al cierre del ejercicio.
Este plazo es improrrogable, y su incumplimiento puede acarrear sanciones, intereses de demora y recargos. Por ello, muchas empresas optan por automatizar recordatorios o delegar esta gestión a su asesoría fiscal.
La presentación del Modelo 200 se realiza exclusivamente por vía telemática, a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria, utilizando certificado digital o sistema Cl@ve PIN.
El cálculo del Impuesto sobre Sociedades parte del resultado contable de la empresa, al que se le aplican determinados ajustes fiscales para obtener la base imponible.
El proceso general puede resumirse así:
El tipo general del Impuesto sobre Sociedades en España es del 25%, aunque existen tipos reducidos:
El Modelo 200 debe presentarse de manera obligatoria por vía electrónica a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria. No se admite en papel ni en formato presencial.
1. Acceso a la Sede Electrónica
El primer paso es acceder al portal de la Agencia Tributaria y seleccionar el apartado “Modelo 200 – Impuesto sobre Sociedades. Declaración anual”. Para continuar, la empresa deberá identificarse mediante certificado digital, DNI electrónico o Cl@ve PIN.
2. Rellenar los datos generales
El formulario comienza con los datos identificativos: nombre o razón social, NIF, domicilio fiscal, ejercicio económico, CNAE (actividad principal) y tipo de entidad.
También se indica si la sociedad forma parte de un grupo fiscal o si tributa en régimen de consolidación o transparencia fiscal.
3. Completar la cuenta de resultados y ajustes
En los siguientes apartados se introduce la información contable, incluyendo los ingresos, gastos y resultado antes de impuestos. El sistema permite realizar los ajustes fiscales positivos o negativos necesarios según la normativa.
Estos ajustes son esenciales para determinar correctamente la base imponible y evitar discrepancias con la contabilidad de la empresa.
4. Calcular la base imponible y la cuota
Una vez introducidos los datos contables y ajustes, el sistema calcula automáticamente la base imponible, aplica el tipo impositivo y determina la cuota íntegra. En este punto se pueden aplicar las deducciones y bonificaciones correspondientes, como las de I+D+i, inversiones medioambientales, creación de empleo o donaciones.
5. Restar los pagos a cuenta y retenciones
Se descuentan los pagos fraccionados realizados mediante el Modelo 202 y las retenciones soportadas durante el ejercicio. Esto determina el resultado final de la declaración, que puede ser a ingresar, a devolver o cero.
6. Firma y presentación electrónica
Una vez verificados todos los datos, la declaración se firma electrónicamente y se envía a la Agencia Tributaria. El sistema genera un justificante de presentación con un número de referencia (NRC) que acredita el envío y el pago (si corresponde).
Si el resultado es a ingresar, el pago puede realizarse mediante domiciliación bancaria, transferencia o cargo directo. Si es a devolver, Hacienda realizará el ingreso en la cuenta indicada por la empresa.
Para cumplimentar correctamente el Modelo 200, es fundamental disponer de una contabilidad actualizada y cerrada. Los documentos más importantes que deben tenerse a mano son:
Además, es recomendable revisar la coherencia entre los datos contables y fiscales, ya que Hacienda cruza automáticamente la información.
Uno de los errores más comunes es no actualizar la base de datos contable o no reflejar correctamente los pagos fraccionados, lo que puede dar lugar a discrepancias o requerimientos.
También conviene comprobar que los importes declarados en el Modelo 200 coinciden con los pagos realizados mediante el Modelo 202 y, si existe grupo fiscal, con el Modelo 222.
El Modelo 200 y el Modelo 202 están directamente relacionados, ya que ambos forman parte del mismo impuesto.
Durante el ejercicio, las empresas realizan tres pagos fraccionados mediante el Modelo 202 (en abril, octubre y diciembre). Esos pagos son anticipos a cuenta del Impuesto sobre Sociedades que, al final del año, se descuentan en la declaración del Modelo 200.
En el apartado de “Pagos a cuenta” del Modelo 200, la empresa debe reflejar las cantidades ingresadas previamente mediante los Modelos 202 y 222. De este modo, el resultado final de la declaración anual (a ingresar o a devolver) dependerá de si los pagos realizados fueron suficientes para cubrir la cuota íntegra o no.
Por tanto, llevar un control riguroso de los pagos trimestrales es fundamental para evitar errores en la liquidación final del impuesto.
El resultado de la declaración del Modelo 200 puede ser:
En los casos de devolución, Hacienda suele efectuar el ingreso en un plazo aproximado de seis meses, aunque puede solicitar comprobaciones adicionales antes de realizar el reembolso.
El Modelo 200 representa el cierre anual de la actividad económica de una empresa y refleja de forma detallada su situación contable y financiera ante la Administración.
Una correcta presentación del modelo garantiza el cumplimiento de las obligaciones tributarias y evita sanciones, recargos o inspecciones innecesarias. Además, permite a la empresa evaluar su rentabilidad real, planificar estrategias de ahorro fiscal y anticipar decisiones de inversión o financiación.
Por todo ello, comprender el funcionamiento del Modelo 200 y mantener una contabilidad ordenada son elementos esenciales para la buena salud financiera y fiscal de cualquier sociedad.